Archivos mensuales: abril 2020

Nuevos documentos COVID-19

Os paso una serie de documentos que me parecen de especial interés en relación a la Epidemia actual.

 

COVID 19 – DOCUMENTO DE LA SEMFYC 1

INTERPRETACION_DE_LAS_PRUEBAS diagnosticas

INTERPRETACION_DE_LAS_PRUEBAS

NEUROLOGIA Y COVID 19 (1) orden desarrollo menores 14 años 25 abril

orden desarrollo menores 14 años 25 abril

PAUTAS PARA EL CUIDADO PSICOLÓGICO DE NIÑOS EN CONFINAMIENTO POR EL COVID

RECOMENDACIONES DE PEDIATRIA PARA SALIR A LA CALLE LOS NIÑOS

TRATAMIENTOS DISPONIBLES 16 DE ABRIL DE 2020 (1)

Covid-19: La OMS gestiona la pandemia financiada por farmacéuticas y multimillonarios

Tomado de Miguel Jara:

http://www.migueljara.com/2020/04/12/covid-19-la-oms-gestiona-la-pandemia-financiada-por-farmaceuticas-y-multimillonarios/?fbclid=IwAR1lDQeQ7Vo8a7_Xcfz52Ay_5Qvg0sm-_YTVZdejE3bdKz2HtcJkRxKQv8M

Con la crisis sanitaria del Covid-19 estamos aprendiendo, entre otras muchas cosas, que la sanidad no se puede descuidar con recortes o privatizaciones. Y ¿qué es de la financiación de la mayor institución sanitaria del planeta, la Organización Mundial de la Salud (OMS)? ¿De dónde o quién proviene el dinero que permite su funcionamiento? No hace falta recordar que la OMS es quien está tomando todas las decisiones sobre la pandemia actual de coronavirus (desde la catalogación como pandemia a las medidas que han de tomar todos los estados).

Escribámoslo ya, desde el principio, la mayor parte de su financiación corre a cargo hoy de la industria farmacéutica, sobre todo de fabricantes de vacunas y de donantes privados. El que más aporta de estos últimos con mucha diferencia es Bill Gates, el dueño de la multinacional de la informática Microsoft, a través de la Fundación Bill & Melinda Gates que comparte con su mujer.

El magnate de la comunicaciones fue quien más aportó en 2015: 185 millones de dólares; 95 veces más que España. Ríete tú Amancio Ortega.

No es nuevo, lo publicó hace unos años la Cadena SER, la tabla de abajo está elaborada con datos de la propia OMS y en ella pueden verse qué farmacéuticas financian la institución (¿pública?) global:


En teoría, para pagar los gastos de la OMS los casi 200 estados que la componen han de poner una cuota fija en función de su nivel económico. Esa dotación obligatoria se ha ido reduciendo con el tiempo y ya es sólo una pequeña parte del presupuesto de la institución. Los «recortes sanitarios», como vemos han ido llegando no sólo a los sistemas sanitarios de los países, como España, sino a la mayor organización sanitaria «pública» del mundo, que hace tiempo inició su privatización.

Es sabido que en el actual modelo económico quien paga manda. Las cuatro farmas que más contribuyen a financiar la OMS son GlaxoSmithKline (GSK), Novartis, Sanofi Pasteur y Merck, por cierto que son los principales fabricantes de vacunas. En total, 90 millones de dólares en donaciones de las grandes farmacéuticas. Se da así un extraño juego de intereses. Supongamos que hay una pandemia, una por algún coronavirus que por ejemplo provoque Covid-19. Vale, ya lo estamos padeciendo y por primera vez en la historia de la humanidad el mundo está totalmente parado.

Ansiamos una vacuna que además de necesaria, sea efectiva y también segura, claro. Bien, no hay que preocuparse (¿o sí?), GSK -y ni se sabe cuántos laboratorios hoy en el mundo- están en ello. Lo hacen además ayudados por los estados, el remedio que buscan los investigadores de GlaxoSmithKline tiene apoyo económico del Reino Unido, país donde se afinca la compañía.

La situación no está para bromas ni especulaciones, urgen los remedios válidos. Y como ya ocurrió con la pandemia que en este caso no fue, la de gripe A de 2009-10, GSK y los demás laboratorios reciben unos mimos y cuidados que no se producen en situaciones normales.

Una vacuna tarda en conseguir, haciendo las cosas bien, entre un año y año y medio. La tentación de ahorrar tiempo es comprensible, la población tiene miedo a enfermar de Covid-19.

No sabemos qué ocurrirá, está por ver quién conseguirá primero la vacuna, cuántas será seguras y eficaces y qué otros tratamientos irán apareciendo. Lo que sí sabemos es que el modelo de recortes y privatizador puede producir efectos secundarios indeseables. Durante la no pandemia de gripe citada, los grandes laboratorios vieron cómo las agencias e instituciones reguladoras de medicamentos les eximían de cumplir protocolos y fases de experimentación esenciales a la hora de ensayar sus vacunas, inadmisibles en «tiempos de paz» (al parecer estamos en guerra contra un virus).

Se forzó el acortamiento de plazos para conseguir lo más rápido posible una vacuna, un tratamiento que previniese esa gripe que nos decían que mataría a más de 100 millones de personas y que por suerte luego no fue cierto. Y además, los estados aseguraron por contrato a las farmacéuticas que si fruto de las prisas sus remedios salían de aquella manera, mal, si provocaban graves efectos secundarios en la población, quedarían eximidas de responsabilizarse ante los tribunales de Justicia.

Miedo -aunque infundado- de la población, prisas, ayudas económicas de los organismos públicos y exenciones legales poco democráticas fueron el cóctel que produjo, por ejemplo, la vacuna Pandemrix de GlaxoSmithKline, la principal marca donante de la OMS sí. Y ¿qué ocurrió? Que la Ciencia no entiende de prisas humanas ni comerciales y algo falló. Pandemrix provocó, en personas sanas, sin gripe, que se la pusieron multitud de cuadros de narcolepsia, una enfermedad del sistema nervioso.

Fue, como publicó años más tarde, en 2018, el prestigioso Bristish Medical Journal (BMJ), una «catástrofe evitable».

No sé si aprenderemos la lección, espero que no tengamos que lamentar nuevas catástrofes evitables con el actual coronavirus pero las cosas están haciéndose mal.

Nuestra salud no puede dejarse en manos de organismos mundiales que gestionan pandemias subvencionados por los fabricantes de los principales remedios para esas pandemias.

Hoy los presidentes de los gobiernos repiten en cada intervención pública su esperanza en que «se encuentre una vacuna» para el Covid-19. ¿Pero cuántos van a señalar y hacer algo por corregir el fallo estructural, sistémico del que es rehén la humanidad hoy? ¿Cuántos entenderán la importancia de tener industrias sanitarias públicas fuertes que atiendan (no sólo en tiempos de pandemia) las necesidades básicas de la población?

¿Para cuándo una OMS, si es que es posible «salvarla», INDEPENDIENTE que coordine centros de investigación y desarrollo público de tratamientos (o de validación de los existentes) ante posibles emergencias sanitarias?

13º Programa General de Trabajo (OMS) y Marc Brunson

Para aquellos que no lo conozcan, os trascribo,resumido, una publicación de la OMS de ENERO DEL 2019 ( hace ya 15 meses), que me parece muy ilustrativo y que, por supuesto, ningún político de ningún país tuvo el menor interés en leer:

«Para hacer  frente a las amenazas de salud previstas la OMS pone en marcha su plan estratégico quincenal con el nombre de «13º Programa General de Trabajo» y en él cita algunas cuestiones que en 2019 requeririan atención especial. Esas  cuestiones son:
          Contaminación y cambio climático: 9 de cada 10 personas en el mundo respiran aire contaminado todos los días.
          La contaminación mata prematuramente a unos 7 millones cada año.
          Enfermedades no transmisibles: Diabetes, cáncer y cardiopatías son los responsables del 70% de las muertes anuales: Unos 45 millones de personas.
          Pandemia mundial de Gripe: No se sabe donde se desatara pero se la espera.
          Entornos frágiles y vulnerables: Un 22% de la población mundial (1.600 millones de personas)  no tienen acceso a la atención de salud básica.
 Ebola y otros patógenos:  Se declara el año 2019 como año de acción en materia de preparación frente a emergencias sanitarias.
           En el plan de I+D de la OMS identifican las enfermedades y los patógenos para los cuales, a pesar de que puedan causar una emergencia de   salud pública no existe tratamiento ni vacunas eficaces.   Aquí se incluyen: Ebola, otras fiebres hemorrágicas, Zika, virus de Nipah,SARS, el s. respiratorio del oriente medio por CORONAVIRUS                        (MERS-CoV) y la enfermedad X por patógeno desconocido pero que puede aparecer.
           Atención primaria de salud deficiente: Se  necesitan sistemas sanitarios con una sólida atención primaria de salud para lograr la cobertura sanitaria universal.
En fín, solo era una curiosidad.
Añado una comunicación de Marc Brunson, está en francés, aunque me he permitido hacer una traducción al Español a partir de la página siete. Para los que no conozcáis a Marc Brunson, decir que es un veterano veterinario Homeópata, hombre de gran valía y sin pelos en la lengua… Merece un ratito de vuestro tiempo.
Marc Brunson a propósito de las Epidemias